domingo, 2 de junio de 2013

Naufragando en mi

Dale play. Y a leer...



Está a punto de culminar este viaje que empecé en enero, en el cuál me adentré a los mares tormentosos de mi mente. En ese momento pensé que eran mares tranquilos, ya que desde el muelle se veían así. Siempre me jacté de tener una psiquis estable, de ser lo suficientemente inteligente como para sobrepasar todos los problemas yo solito. Con problemas me refiero a turbulencias que levantan las olas, si se me permite la comparación. 
Hace dos años y medio, casi tres, me dí cuenta que mi mente era fuerte y tranquila, y junto con las hermosas personas que me rodeaban que me sostenían el corazón, pude salir muy fácilmente de un lugar donde muchos no pueden salir. Es más... ni siquiera salí, tan solo salté ese pozo y seguí subiendo por la ladera. 
Disculpen mis analogías, pero es la única forma que encontré para ser claro... los detalles no son necesarios en este viaje.

El año pasado, con la partida de mi abuelo, me di cuenta lo frágil que soy, y obretodo, que no puedo controlar todo como creía. La cuesta de la ladera me había cansado quizás. Luego me di cuenta que era porque la subía mal... con mucha carga en la espalda.

Por eso decidí embarcare a altamar, en un barco llamado terapia de 20 sesiones pagada por la prepaga, para pasear.. ver que pasa por esos pagos. Y hoy puedo decirles que valió la pena. Se lo recomiendo...

Esos mares pertenecientes a mis dominios, no los conocía. Tuve que navegar días bajo tempestades, y tardé en descubrir para donde ir. Incluso me equivoqué el rumbo varias veces. Por suerte... tengo una brújula que parece unos anillos. ¿Será que no existe un rumbo fijo?

No se.. lo que si se es cómo hay que navegar. 

Les confieso algo.. mi barco tiene un agujero en el fondo, por donde entra agua. Ese agujero tiene nombre... se llama leucemia. Pero por suerte, hay algo mágico que impide que el agua se meta. Esa magia se llama amor. Fuaaa.. me fui al carajo de cursi. Pero es la verdad.

Si pierdo el hilo de la conversación, es porque hay un par de seres vivos aca cerca que me distraen, sepan disculpar, pero no los puedo encerrar a los dos en el lavadero.

Sigo. Quiero contarles que estoy despertando de  a poco en una playa... en la orilla de una Isla, que tiene por nombre MAF. Se acerca el día 20... donde solo va a ser una despedida a ese barco que se hunde. Naufragué. Y empieza una nueva aventura. Tendré que conocer esa isla por mis medios... quizás encuentre cosas increíbles, que nunca descubrí. Pero agradezco a ese barco que me trajo hasta acá. 

Tal vez dentro de muy poco comience a armar uno nuevo, o el mismo de antes... quién sabe. Primero.. tengo que estar listo para eso.

Me pongo de pie, me levanto los pliegues de mi pantalón, me hago vicera con las manos para que no me de tan fuerte el sol en los ojos, y comienzo a caminar por la arena.


¿Qué me deparará?