Día 30: "Un puto yogurt."

Y pensar que ese día por la mañana había planificado una jornada deportiva, llena de salud y vida. Porque eso es lo que le daba ir a jugar al básquet con sus amigos, como tantas tardes anteriormente. Y pensar que luego hubo cambio de planes, dejando de lado el partidito por un plan mejor: llevar a ver una obra de teatro a su sobrino, y comer churros en el camino. Menos sana, pero mucho mas enriquecedora y desbordante de vida.

Y pensar que fue un día genial...

¿Quién se hubiera imaginado como iba a terminar?


Él estaba sentado, tieso. El frío helado aun le recorría por la espalda dura, dejando sin reacción todo su cuerpo. Solo atinó a desviar la mirada desde la doctora hacia su novia, quien se hallaba acurrucada en el suelo, llorando desconsolada.

Los muebles del consultorio desaparecieron. Su mente estaba haciendo un esfuerzo enorme por procesar las palabras de la doctora.

-"Te tengo malas noticias... tenés leucemia."

Claro que sabía lo que era la leucemia. Solo que le parecía imposible que él la tenga. Se negaba rotundamente a aceptarlo. Por lo menos, iba a pelearla... ella no puede tener razón. ¿O si?

Unas fracciones de segundo después, una eternidad después, tragó saliva y frunció el ceño.

-"Pero la leucemia es un tipo de cáncer... y el cáncer te hace morir. ¿Me voy a morir?"

Solo verla a su novia mirándolo con los ojos llorozos desde el piso le indicó que podía ser...


El tiempo continuó, hubo un intercambio de palabras comunes, quizás sin sentido, ¿que importaban? Eran solo trámites. Porque al orto día, en el cumple del abuelo, tocó contar la mala noticia. Y porque al día siguiente, tocó una punción. Y al otro día tocó quimio. Y algunas semanas después tocó saber que no iba a poder tener hijos. Y un rato después, que la esperanza de vida era de 8 años.

Si, su vida tenía fecha de vencimiento. Como un yogurt. Como un puto yogurt,



Y hoy se cumplen 8 años y medio...

Día 29: "La lluvia"

La lluvia sigue cayendo.

El golpeteo de las gotas, espesas, genera un ritmo delicioso... hipnótico. Y me es inevitable el deleite.

El viento silba en los estribillos, y la frescura del ambiente es una caricia al alma. Y me dice que todo va a estar bien.

Los ojos cerrados, mas abiertos que nunca. Repaso mi vida... hay tantas cosas que cambiaría. Creo que todo. Ahora lo puedo ver.

Mi boca entreabierta. Por ella puede entrar el sabor a muerte que emana de algún lado. Jamás fui tan consciente de mi cuerpo como ahora. Quizás lo extrañe.

Mi respiración cada vez mas débil. Mi pecho se llena de aire. Mi rostro se humedece de lágrimas. Mi pecho se vacía. El dolor no cesa... aun.

No quiero morir, pero tampoco quiero vivir así. Tiré la moneda, y salió cara. Si salía seca iba a hacerlo igual. ¿Para qué estirar la agonía? Desde que se fue ella, nunca dejó de dolerme el corazón.

Y acá voy, a sus brazos.


Ya voy amor, esperame un poquito mas.

Que la lluvia sigue cayendo.

Día 28: "La Boda"

He vuelto de una boda sorprendente… tendrías que haber ido.

Los novios estaban radiantes, como nunca antes vi. Pero además, la familia de ella era muy extraña… La madre de la novia era una cornuda y el padre un viejo verde, y la hermana de la novia me contó muchas cosas de ellos, hablaba por los codos… muy extraño todo. Me contó del concuñado de ella, es decir el hermano del novio… era un latin lover según explicó. Me dijo que era famoso entre sus amigas porque tenía tres piernas... pensé que exageraba pero la verdad que de un solo vistazo vi que no, que tenía razón. Había uno medio marmota, al lado de uno con cara de papa frita, y uno que estaba con el celular todo el tiempo… era un zombie.

Ah, un dato que no te comenté… el casamiento fue en Chernobyl! Así que todo lo que te comenté es LITERAL. Los novios radiantes, la madre tenía cuernos y el padre piel verde. La hermana tenía la boca en el codo y el concuñado 3 piernas, y bueno, el resto como te dije… literal.

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Nota: Este cuento está a medio armar. Y lo poco que está armado es producto del aporte de mi gente cercana, a quienes les decía la idea, y ellos me decían frases de la jerga que si se interpretan literalmente, suenan a personas muy deformes.

Lo divertido de este cuento, para mí, es que está abierto a nuevos aportes… un ensayo de un concepto diferente de escritura, que si quieren ponerle un nombre podría ser un “escritura colaborativa” donde un lector se convierte en escritor por un momento. ¿A quién no le gusta jugar a escribir un momento?

Si sos un escritor y estás leyendo esto, te invito a que desarrolles el concepto y lo hagas popular, si sale algo copado.

Si sos una persona y estás leyendo esto, te invito a que aportes a este cuento escribiendo tu idea al mail miguelangel.fernandezbernal@gmail.com.