miércoles, 11 de junio de 2014

Pensamientos un día de lluvia

El mate y yo, fieles amigos, casi inseparables últimamente. 

Es que la realidad es que uno tiene tantas cosas para pensar, para revisar, que ni siquiera en los viajes de casa al trabajo y viceversa podemos hacerlo. Uno prefiere dormir, escuchar música, o en el mejor de los casos leer. Con lo cuál... tomar mate y nada más, es mi mejor momento cognoscitivo. Y con una pc y un espacio en blanco para escribir, es la mejor combinación. 

Incluso, uno puede elegir el tema. Podría pensar en cómo encarar mi carrera. En estrategias para crecer en el trabajo. Hasta tal vez, en ideas para mejorar mi calidad de vida. Yo hoy elegí pensar en algo mas profundo... la muerte.

¿Que pensamos de la muerte? Bueno, hay mucha información al respecto. Por empezar, es mala. Y tarde o temprano nos llega. Y no podemos controlar eso. También sabemos que puede llevarse a gente querida, y por que no... a una mascota. En general, todos probamos alguna vez alguna consecuencia de la muerte. 

Pero hay más que eso. La muerte en realidad es mala para el que se queda. La agonía, que es el paso previo a la muerte en ciertos casos, es la mala de la película. No sabemos que hay mas allá... algunos tienen fe de que hay cosas mejores, otros piensan que cosas peores, y otros que no hay nada. Yo tengo fe que hay algo mejor, pero claro.. es mi opinión personal. 

Entonces, ¿estamos de acuerdo en decir que la muerte no es ni mala ni buena? ¿Y que a todos nos llega? 

Ok. Ahora quiero hacerles una pregunta: ¿Por qué tenemos tanto miedo de hablar de la muerte?


Así como hablar de lo dulce, implica hablar de lo salado, y hablar de lo bueno, implica hablar de lo malo, hablar de la muerte implica hablar de la vida. No nos asustemos... no nos preocupemos...


No nos pre-ocupemos. Ocupémonos que es mejor. La muerte es el final, si se quiere. Y la vida es el mientras tanto. Vivamos... ocupemonos de vivir. Si te da verguenza bailar... bailá, no vas a tener otra oportunidad. Si tenés miedo de hacer algo y fracasar... hacelo, no vas a tener otra oportunidad de intentar.

Pensá que es lo que querés, y chasqueá tus dedos... ¡vas a tenerlo! Y sino, chasqueá mas fuerte. Y si aún no, reemplazá el chasquido de dedos por otra acción... pero hacé algo al respecto. Ocupate...


Leé, jugá al fútbol, hacé chistes, inscribite en el posgrado y aprendé, alquilate un departamento mas grande, compra todos los focos de luz que quieras... si no lo hacés ahora, ¿cuando?



Me duele la garganta de tanto no gritar... Y ahora, que hice una pausa en éste escrito, me duele la garganta de tanto gritar. Pero no nos fijemos en el dolor, fijemonos en lo lindo de hacer lo que se te cante.


Hagamos un trato... vos te ocupás de vivir, y yo me ocupo de vivir. Quizás nos crucemos por ahí, sonriendo, y tené cuidado, porque si se me canta abrazarte fuerte, cagaste.


Adios...

(Ocupado)