Hacia donde agarrar?

Llega un punto en que toda persona joven-adulta se tiene que sentar a pensar: hacia donde agarrar?
Te ves ahí, parado en medio de la ruta, sintiendo el viento sobre tu piel erizada, aminorando el motor de tu cabeza, preparándote para reflexionar cosas sin solución garantizada. Mirás hacia atrás: vida perfecta, vida imperfecta, que más da? Fui feliz siempre. Hasta a veces tengo esa sensación de querer volver a lo de mi vieja, acurrucarme como un gatito, y que me acaricie y me diga “Ya pasó… todo fue un sueño”. Sin embargo, luego de ver como las nubes que cubrían el cielo comienzan a esparcirse desde ese horizonte lejano del pasado, me doy cuenta que todo pasó por algo. Chico sano, familia hermosa, los mejores promedios, etc.
Sonrío, saboreando algún que otro recuerdo simpático…
No, no me arrepiento de nada. Y si, agradezco a todas esas personas que caminaron al lado mío, e incluso me levantaron a upa cuando no podía mas.

Luego, sentí sobre mis pies el presente. Cubierto de hojas amarillas, que lentamente se movían hacia un costado de la ruta, donde descansaba otro pilón de hojas rojizas. Sentí cosquillas por el roce, y descubrí que en mi mano sostenía algo. Era un papel con algo escrito. Como firma había un nombre y un corazón. Esta vez, sentí cosquillas por alguna otra razón…
El presente era un lugar precioso, pero inestable. La carretera se movía al pasar autos por ella, y las nubes por momento tapaban el sol. Y tuve miedo de mirar hacia el futuro.
Antes solía ser miedoso, y por determinados asuntos de la vida, me contraje esa cura llamada seguridad. Autoflajelo? No jamás, siempre fui muy respetuoso conmigo mismo. Fracaso? No le tengo miedo, porque sé que es pasajero. Entonces? A qué?

A no poder hacer feliz a los que quiero.

De a poco, pero con los ojos cerrados, comienzo a perfilarme para mirar hacia allá… Abro los ojos, pero hay mucha luz… de ese lado está el sol, y tengo que hacerme sombra con la mano si o si. No se distingue nada claro… ni siquiera puedo ver el camino. Supongo que continúa, pero sin embargo, no estoy seguro. Un escalofrío recorre mi espalda…
Querés saber algo? no tengo miedo de morir… y menos de sufrir. Tengo miedo de no dejar ninguna huella!
Allá se comienza a ver algo! El casamiento de Pau, con un flaco fachero (shhh, me parece que es ingeniero!). También logro ver a Papá, yendo a correr a la plaza! No, no es posible jaja, me refriego los ojos… es mucho esfuerzo! Logro ver a todos mis amigos… pucha que viejos están! La vida de casados y de padres les hace bien eh! Veo a Nico de traje, yendo a laburar y besando a un niño! Es cabezón como el padre! Veo a Flor… en la tele?? Por Dios.. que bella que es. Veo a Martin! Mas petiso que siempre… que le paso? Ah ya se… solamente se está agachando a levantar a su beba.
Veo a Lau, lagrimeando… Luca egresa de la secundaria. Tiene barba… je. Ufa… A mi se me escapa un snif.
Comienzo a toser, tan fuerte que tengo que arquearme para que no me duela. Me sudan las manos… tengo que sentarme. Me tiembla todo, me arde la cabeza, me estalla el estomago, me duele el corazón… Se nubla del todo.
Que desesperación, que hago? Estoy solo aca… no hay nada, no hay nadie. Solo. No escucho nada, No veo nada. No siento nada. Solamente ese resto de lagrima que quedó…

“Je… tiene barba”.

Obviamente que la historia sigue, pero no la voy a contar ahora, sino mañana, pues la tengo que seguir escribiendo día a día. Esto que conté sucede antes de escuchar esa música en mis oídos…
Y también sucede antes de que vuelva a mirar, ésta vez, con claridad.

Gracias compañeros de vida por ser esa musiquita…


PD: Yo, agachado, abrazado por 4 criaturitas que se parecen a su madre… inquietos a mas no poder!