martes, 19 de marzo de 2013

Introducción.

Había una vez un joven juglar....

Toda historia con final feliz comienza de ésta manera. O por lo menos así interpreté yo luego de tantos cuentos leídos y escuchados.

¿Si soy yo ese juglar? jajaja no me hagas reir... Si.

Les cuento algo de mi historia, que seguramente muchos ya la saben.

El año pasado, luego de tanto esfuerzo invertido en trabajar duro, con responsabilidad, paciencia, respeto y empatía, gané un job posting y me "ascendieron" en forma diagonal. Hoy en día estoy en otro puesto, muy bonito, pero con muchísimas responsabilidades más. Y la perla de éste crecimiento es el desafío que me tocó: era una sucursal más que el resto, la cuál valía casi por dos. Por la cantidad de clientes, reps, etc. Es decir, mi panorama era complicado... menos tiempo para llegar a mis objetivos, y al ser en porcentajes, mas esfuerzo para alcanzarlos.

La gente de esas sucursales no me la puso fácil. Luché mucho por llegar a una estabilidad y paz con mis compañeros... las personas a veces son algo difícil de congeniar. Mis objetivos, a fin de año, se cumplían todos, a pesar de no haber tenido las herramientas necesarias para hacerlo. Pero... (siempre hay un pero) en la evaluación de desempeño me clavaron un "Se acerca a las expectativas". Con la explicación en el oído de que había sido producto de un promedio de todo el año, y de una reacción negativa inicial por parte de mis compas (que cambió, evidentemente, pero en promedio no..), me pusieron "Se acerca..", y ni siquiera estuvieron mis dos jefes. Me felicitaron por el estado actual, y me alentaron a seguir así con la certeza de que llegaría a un "Excede.." el año que viene. Pero... "Se acerca..."

El golpe fué duro, no lo niego. Pero mi esencia es el esfuerzo, y el trabajo duro. Así que continué de esa manera... pero con el ruido rebotandome en el cerebro.

Hace poco tuve una reunión, que me avivó en mi forma de trabajar. Ya no chequeo más equipos que pueden llegar a ser irreparables. Solo agarro los que pienso que se pueden reparar. Obviamente, con las pocas herramientas que tengo.

Y el lunes, al psicólogo, al que le conté todo ésto.


Esa es la introducción. Info adicional...

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